Es innegable junto a las alentadoras cifras de la cartera de proyectos mineros que supera los US$ 58,000 millones, el aporte a las exportaciones nacionales de la minería que representa más del 50% del total, entre otros aspectos positivos de la actividad minera en nuestro país, una tarea pendiente lo constituye la formalización minera, un sector que opera alejada de los estándares más elementales de seguridad y salud, así como operativos y de conservación del medio ambiente.Al ser informal tampoco realiza aportes al fisco y alimenta al mercado negro, en especial del oro, lo que va en desmedro del desarrollo del país y las zonas donde opera, que también son impactadas negativamente por las consecuencias sociales que genera.Si bien esta pequeña minería forma parte del gran bolsón de informalidad de la economía peruana que bordea el 70%, no debe olvidarse que es el sustento de miles de personas que, conscientes o no del impacto de sus operaciones, han encontrado un sustento en este tipo de actividad.
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